Todo empezó cuando los agentes de la Academia comenzaron a ‘reclutar’ (casi-obligadamente) a los muchachos: Paula, José, Gerald, Grace, Rodrigo y Víctor. En la academia ya se encontraban Ximena y Giselle. Vasti y Sue, encargadas de la Academia, les explicaron la misión que tendrían y les asignaron las habitaciones. Aparecieron Daniela y Luis, los médicos del lugar. Hay tres pasillos prohibidos: C, F y Q. Llega Aira. Van a una misión contra Ignacio (Telurio), pero la pierden, quedando el muchacho en manos del Gobierno. Los más dañados recibieron tratamiento “médico”.
Por esta derrota comenzaron los entrenamientos, así estarían más preparados para la siguiente batalla. 10 días después de la pelea con Telurio sonó nuevamente la alarma en la Academia, esta vez eran Melissa con Alfredo. Los muchachos no pudieron, pero con la ayuda de Vasti y Sue lograron ‘atraparlos’. Ese mismo día fue la lucha contra Paola en la Universidad. Esta vez fueron pocos muchachos, pero llegó Ariè con Francisca (Alasse) y se llevaron a Paola. Luego de esa infructuosa misión llegó Débora a la Academia.
Pasa un tiempo, hay una misión de investigación en la central eléctrica de telecomunicaciones, envían a un pequeño grupo a dejar cámaras. Las cámaras revelan un secreto ahí y es enviado el escuadrón a resolverlo. Luego de muchos problemas y una complicada batalla reconocieron a los militantes del Gobierno: Giselle, Francisca, Alicia, Ariè, Telurio y Paola.
Luego de que estuvieron recuperados idearon el ataque a la Base del Gobierno, en esta ocasión usarían a los 8 cadáveres. En esta contienda hace su aparición María Paz. Los muchachos de la Academia estaban seguros de su victoria con todos los agentes del gobierno inconscientes, pero justo apareció Ariè y alcanzó a rescatar a su gente. Los muchachos tuvieron que retirarse a la Academia nuevamente. Esto produjo el cambio de estancia de la base del Gobierno. Aunque junto con descubrir la nueva habilidad de José, la visión de rayos X, comenzaron los problemas.
En un desayuno se dejó ver la tensión entre Sue y Vasti y debido a la presión que estaban experimentando por la curiosidad de los muchachos decidieron citar a todo el grupo para explicar los verdaderos motivos de la Academia y los del Gobierno, en ese momento se separó el grupo y algunos se cambiaron de bando (Daniela, Luis, Aira, Gerald y Melissa).
Entonces los que quedaron en la Academia decidieron atacar por sorpresa a los del Gobierno, en su Nueva Base, en Tumbes. Pero los agentes los emboscaron…
Próximo perfil: Luis Vega.
martes, 24 de marzo de 2009
jueves, 28 de febrero de 2008
Capitulo Especial: "La Vie De Nigera" (Paula Parada)
Paula fue siempre una niña muy callada y tranquila, pero por algún motivo eso la hacía blanco de todas las bromas y burlas del Colegio Básico donde estudió. Ella perdió ese silencio que la caracterizaba a medida que transcurrieron los años y dio paso a una Paula muy alegre y comunicativa en la Enseñanza Media , pero no dejaron de molestarla. No era su personalidad calmada lo que producía esas burlas, era otra cosa.
Estaba aparentando, mostraba una faceta muy alegre y despreocupada por las cosas, pero en realidad estaba sufriendo, se estaba cansando por las burlas… ¿pero por qué la molestaban?
Sujeto 1: ¡Mira! ¡Ahí va la niña imán!
Sujeto 2: ¡Sí! ¡IMÁN DE COSAS RARAS!
Paula: ¿Algún problema con las cosas que pasan cerca de mí? (Ella había aprendido a usar estas burlas a su favor). Déjenme tranquila o si no llamo a los fantasmas para que les tiren cosas… ¡o tal vez los arrojen a ustedes mismos! ¡Mwajaja!
Sujeto 1: Sí, claro… ver para creer.
Sujeto 2 en voz baja: Oye, cuidado, que es verdad.
Paula: ¿Quieres ver? ¿En serio quieres ver?
Sujeto 1: Claro, no te crees tanto con tus famosos fantasmas.
Sujeto 2: No, olvídalo, yo me voy.
Sujeto 1: ¿Tienes miedo de esta mentirosa?
Paula: Mentirosa dices, bueno, si tu amigo no quiere, mejor me largo, no perderé tiempo con basura como ustedes dos.
Sujeto 1: ¿Basura nosotros? Tú eres la que está huyendo.
Paula: Creo que el que está huyendo es el pollito que estaba al lado tuyo, pero ya se fue ¡qué lastima!
Sujeto 1: ¡Oye, espera! ¡No me dejes sólo con esta cosa!
Sujeto 2 desde lejos: ¿Esperar para ver cómo nos cae algo encima? No, gracias, adiós (se fue doblando una esquina).
Paula: Veamos si eres tan machito estando solo…
Sujeto 1 acercándose a ella: Claro, claro que lo soy…
Paula: Mantén distancia, no quiero tener cerca a una pestilencia como tú…
Sujeto 1: ¿No serás tú la que tiene miedo? (la acorrala contra la pared).
Paula: Aléjate, no me toques, escoria.
Sujeto 1: Tranquila, no te voy a hacer nada que no quieras… o al menos que no te guste (comenzó a acercar su rostro al de ella).
Paula: ¡Aléjate! (Movió la cabeza y vio al otro sujeto grabando). ¡Basta! (la cámara se movió como por si sola y golpeó al muchacho que la tenía en la cabeza. Luego la cámara voló a la cabeza del que tenía a Paula sujeta, ambos cayeron inconscientes. Después la máquina filmadora se destruyó en el aire). ¡Basta, basta! Al menos sé controlar esto…
La pelinegra esperó a que los dos muchachos despertaran para amenazarlos, al menos así se aseguraría que no correrían el rumor o que la dejarían tranquila, al menos ellos dos.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Desde pequeña, cada vez que estaba enojada o triste cosas extrañas pasaban a su alrededor, las cosas volaban, se rompían, golpeaban a la gente, la gente caía al suelo por desmayos sin sentido, entre otros.
Ella descubrió que las cosas que ocurrían las provocaba ella, cuando se dio cuenta que las cosas se movían por una especie de humo negro que se extendía desde su cuerpo, desde ese entonces comenzó a controlarlos, junto con sus emociones, se mostraba alegre, pero en realidad era muy fría, muy calculadora, muy apartada de todos; hasta que conoció a un muchacho en su último año que pasó enla Enseñanza Media , era alguien agradable, no la molestaba, de hecho, la protegía, las cosas eran perfectas para ella, al menos en público. Él la maltrataba, la insultaba, pero a ella no le importaba, era la única persona que se había acercado a ella, la única persona con la que podía estar sin temor a ser rechazada. Cierto día ella lo invitó a su departamento, pasarían una noche juntos, estarían en paz, sólo los dos, nadie que los moleste en su felicidad.
Estaban abrazados sobre la cama, cuando de pronto suena el timbre, ninguno de los dos se movió y extrañamente el timbre dejó de sonar.
Sujeto 1: ¿Qué fue eso?
Paula: Seguramente se aburrieron de esperar y se fueron, despreocúpate.
Sujeto 1: Bueno... Tengo calor…
Paula: Espera, te traigo un vaso (se levantó y fue a la cocina) ¿Qué quieres? (le dijo mientras sacaba dos vasos de la estantería).
Sujeto 1: Jugo está bien, gracias (dijo y vio como se le caía un vaso a la muchacha) ¡Cuidado! (Pero no sonó el vaso al caer) ¿No se rompió?
Paula: No, descuida, es un vaso resistente (dijo ella y se agachó a recogerlo).
Sujeto 1: Te ayudo…
Paula: No, quédate allá, puedo sola.
Sujeto 1: Déjame, te ayudo (se levantó y llegó a la cocina, se sirvieron los refrescos y comieron un poco de galletas, volvieron a la cama con dos vasos de jugo. El vaso de él se resbaló y cayó al piso). ¿Qué es eso? ¿Por qué no llegó al piso? Y ese humo negro viene de…
Paula: Amor, tengo que contarte algo…
Sujeto 1: ¡Fenómeno! ¡Aléjate de mí! ¡Los demás tenían razón! ¡No debí haber apostado nada!
Paula: No me dejarás, no le dirás a nadie (el humo se intensificó hasta ser casi como una sombra).
Sujeto 1: Maldita… cómo no me di cuenta antes que eres una mutante… ¡No!… ¡Auxilio! (Gritaba el apuesto joven de cabellos castaños, tez pálida, ojos de un profundo café y de facciones bien definidas, muy similar a Johnny Depp).
Paula: Soportar las burlas en el colegio y los maltratos de tu parte ¿crees que he podido tolerar eso este año? Así que acostarte conmigo por una apuesta ¡ja! (el humo se introducía rápidamente por el cuello de su víctima, él gritaba “perdón” pero ella no escuchaba nada, las sábanas estaban llenas de sangre, pero con un espesor especial de color negro; el rostro del joven había pasado a un tono agrio, al igual que su cuello y sus manos. El timbre sonaba en el departamento. Ella no esperaba visitas, se baja de la cama y camina con culpa hacia la puerta, llevaba un vestido negro con tirantes y el rostro sombrío por el homicidio que acababa de cometer). ¿Quién eres? (Intentó poner una sonrisa falsa en su rostro, demostraba cierto nerviosismo, pero sujetaba la manilla de la puerta para poder estar un poco más firme).
Incógnito: Hola, soy Nicolás. Tú debes ser Paula Parada ¿me equivoco?
Paula: En efecto, soy yo ¿qué ocurre? (Su voz entonces denotaba cierto nerviosismo).
Nicolás: Tiene que venir conmigo… sí o sí.
Paula: ¿Me quiere decir que me obligará? (Ahora con aires de cólera).
Nicolás: No lo digo, lo hago (el sujeto desconocido saca un aparato de su bolsillo y antes de que Paula pudiera reaccionar lo utiliza y se la lleva, inconsciente).
Estaba aparentando, mostraba una faceta muy alegre y despreocupada por las cosas, pero en realidad estaba sufriendo, se estaba cansando por las burlas… ¿pero por qué la molestaban?
Sujeto 1: ¡Mira! ¡Ahí va la niña imán!
Sujeto 2: ¡Sí! ¡IMÁN DE COSAS RARAS!
Paula: ¿Algún problema con las cosas que pasan cerca de mí? (Ella había aprendido a usar estas burlas a su favor). Déjenme tranquila o si no llamo a los fantasmas para que les tiren cosas… ¡o tal vez los arrojen a ustedes mismos! ¡Mwajaja!
Sujeto 1: Sí, claro… ver para creer.
Sujeto 2 en voz baja: Oye, cuidado, que es verdad.
Paula: ¿Quieres ver? ¿En serio quieres ver?
Sujeto 1: Claro, no te crees tanto con tus famosos fantasmas.
Sujeto 2: No, olvídalo, yo me voy.
Sujeto 1: ¿Tienes miedo de esta mentirosa?
Paula: Mentirosa dices, bueno, si tu amigo no quiere, mejor me largo, no perderé tiempo con basura como ustedes dos.
Sujeto 1: ¿Basura nosotros? Tú eres la que está huyendo.
Paula: Creo que el que está huyendo es el pollito que estaba al lado tuyo, pero ya se fue ¡qué lastima!
Sujeto 1: ¡Oye, espera! ¡No me dejes sólo con esta cosa!
Sujeto 2 desde lejos: ¿Esperar para ver cómo nos cae algo encima? No, gracias, adiós (se fue doblando una esquina).
Paula: Veamos si eres tan machito estando solo…
Sujeto 1 acercándose a ella: Claro, claro que lo soy…
Paula: Mantén distancia, no quiero tener cerca a una pestilencia como tú…
Sujeto 1: ¿No serás tú la que tiene miedo? (la acorrala contra la pared).
Paula: Aléjate, no me toques, escoria.
Sujeto 1: Tranquila, no te voy a hacer nada que no quieras… o al menos que no te guste (comenzó a acercar su rostro al de ella).
Paula: ¡Aléjate! (Movió la cabeza y vio al otro sujeto grabando). ¡Basta! (la cámara se movió como por si sola y golpeó al muchacho que la tenía en la cabeza. Luego la cámara voló a la cabeza del que tenía a Paula sujeta, ambos cayeron inconscientes. Después la máquina filmadora se destruyó en el aire). ¡Basta, basta! Al menos sé controlar esto…
La pelinegra esperó a que los dos muchachos despertaran para amenazarlos, al menos así se aseguraría que no correrían el rumor o que la dejarían tranquila, al menos ellos dos.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Desde pequeña, cada vez que estaba enojada o triste cosas extrañas pasaban a su alrededor, las cosas volaban, se rompían, golpeaban a la gente, la gente caía al suelo por desmayos sin sentido, entre otros.
Ella descubrió que las cosas que ocurrían las provocaba ella, cuando se dio cuenta que las cosas se movían por una especie de humo negro que se extendía desde su cuerpo, desde ese entonces comenzó a controlarlos, junto con sus emociones, se mostraba alegre, pero en realidad era muy fría, muy calculadora, muy apartada de todos; hasta que conoció a un muchacho en su último año que pasó en
Estaban abrazados sobre la cama, cuando de pronto suena el timbre, ninguno de los dos se movió y extrañamente el timbre dejó de sonar.
Sujeto 1: ¿Qué fue eso?
Paula: Seguramente se aburrieron de esperar y se fueron, despreocúpate.
Sujeto 1: Bueno... Tengo calor…
Paula: Espera, te traigo un vaso (se levantó y fue a la cocina) ¿Qué quieres? (le dijo mientras sacaba dos vasos de la estantería).
Sujeto 1: Jugo está bien, gracias (dijo y vio como se le caía un vaso a la muchacha) ¡Cuidado! (Pero no sonó el vaso al caer) ¿No se rompió?
Paula: No, descuida, es un vaso resistente (dijo ella y se agachó a recogerlo).
Sujeto 1: Te ayudo…
Paula: No, quédate allá, puedo sola.
Sujeto 1: Déjame, te ayudo (se levantó y llegó a la cocina, se sirvieron los refrescos y comieron un poco de galletas, volvieron a la cama con dos vasos de jugo. El vaso de él se resbaló y cayó al piso). ¿Qué es eso? ¿Por qué no llegó al piso? Y ese humo negro viene de…
Paula: Amor, tengo que contarte algo…
Sujeto 1: ¡Fenómeno! ¡Aléjate de mí! ¡Los demás tenían razón! ¡No debí haber apostado nada!
Paula: No me dejarás, no le dirás a nadie (el humo se intensificó hasta ser casi como una sombra).
Sujeto 1: Maldita… cómo no me di cuenta antes que eres una mutante… ¡No!… ¡Auxilio! (Gritaba el apuesto joven de cabellos castaños, tez pálida, ojos de un profundo café y de facciones bien definidas, muy similar a Johnny Depp).
Paula: Soportar las burlas en el colegio y los maltratos de tu parte ¿crees que he podido tolerar eso este año? Así que acostarte conmigo por una apuesta ¡ja! (el humo se introducía rápidamente por el cuello de su víctima, él gritaba “perdón” pero ella no escuchaba nada, las sábanas estaban llenas de sangre, pero con un espesor especial de color negro; el rostro del joven había pasado a un tono agrio, al igual que su cuello y sus manos. El timbre sonaba en el departamento. Ella no esperaba visitas, se baja de la cama y camina con culpa hacia la puerta, llevaba un vestido negro con tirantes y el rostro sombrío por el homicidio que acababa de cometer). ¿Quién eres? (Intentó poner una sonrisa falsa en su rostro, demostraba cierto nerviosismo, pero sujetaba la manilla de la puerta para poder estar un poco más firme).
Incógnito: Hola, soy Nicolás. Tú debes ser Paula Parada ¿me equivoco?
Paula: En efecto, soy yo ¿qué ocurre? (Su voz entonces denotaba cierto nerviosismo).
Nicolás: Tiene que venir conmigo… sí o sí.
Paula: ¿Me quiere decir que me obligará? (Ahora con aires de cólera).
Nicolás: No lo digo, lo hago (el sujeto desconocido saca un aparato de su bolsillo y antes de que Paula pudiera reaccionar lo utiliza y se la lleva, inconsciente).
domingo, 17 de febrero de 2008
Capitulo Especial: "Le pourquoi de Melissa et Alfredo"
Melissa Dinamarca es una estudiante de Psicología, cursa el tercer año con 23 años. No es mala alumna, pero tampoco resalta asombrosamente. Vive sola en un departamento cercano a la Universidad, pues viene de otro lugar a estudiar en Concepción. Ella hace aproximadamente un año conoció a un muchacho llamado Alfredo Bonometti de 25 años, él actualmente cursa 4° año de la misma carrera, lo conoció buscando un libro en biblioteca.
Alfredo: ¡Hola!
Melissa algo desconcertada: ¿Ah? Hola…
Alfredo tratando de llamar la atención: Te he visto varias veces ¿qué libro buscas ahora? El año pasado me aburrieron con ellos ¡jeje!
Melissa lo miró girando un poco la cabeza: O sea ¿vas en 4° de psicología?
Alfredo: Exacto, dime el libro y te ayudo a buscarlo (le sonríe).
Melissa: No lo recuerdo, era un nombre de un psicoanalista raro…
Alfredo: A ver, si mal no recuerdo… (Revisa en el estante). Este no… este tampoco… ¿Este?
Melissa tomando el libro y lo lee: Mmm… ¡Sí! Muchas gracias (camina por entre los estantes).
Alfredo la sigue: ¿Te molestaría almorzar conmigo?
Melissa: Bueno, vamos.
Entonces caminaron a los comedores, era una hora considerada para comer, aunque ella tuviese pensado usar ese tiempo para estudiar, no perdería mucho conversando con él.
Ocurrió todo lo contrario, resultó que tenían muchas cosas en común. Se llevaron bien, muy bien y a los pocos meses empezaron a salir, tenían una afinidad especial, de cierto modo.
Así progresó su relación, pasó un año y unos cuantos meses. Las cosas no iban mal, pero nada es perfecto. Ambos guardaban un secreto.
De pronto iban caminando por la calle y Alfredo iba a encender un cigarro, acostumbraba fumarse uno poco rato después de terminadas las clases en la Universidad. Melissa lo miró de reojo y se percató de algo muy extraño.
Melissa: ¿No usas encendedor?
Alfredo: ¿Recién te das cuenta? Desde que me di cuenta de… "esto" que no uso ni encendedor ni fósforos para nada.
Melissa: ¿Podías hacer eso y no me lo dijiste?
Alfredo: No lo creí necesario…
Melissa: ¡Qué no lo creíste necesario! ¡¿Acaso no confías en mí?!
Alfredo: Amor, si confío en ti, pero algo así no tiene mucha relevancia… supongo.
Melissa: Supones, supones, ese es tu problema, siempre supones ¿pero sabes? No siempre estás en lo cierto…
Alfredo: Lo siento, debí haberlo dicho…
Melissa: ¡Sí, debiste haberlo dicho! ¿Algo más que me quieras decir?
Alfredo: No… y por favor, cálmate nos están mirando…
Melissa: ¿Qué? ¿Tienes miedo que la gente nos mire? ¿Puede verte alguien acaso?
Alfredo: Amor, no, pero cálmate…
Melissa: ¡Me voy! No soporto, en este año hay muchas veces que tus suposiciones están mal, pero no te había dicho nada…
Alfredo: ¡Claro! ¡¿Ahora la culpa es toda mía?!
Melissa: ¡Tú fuiste quien me habló en la biblioteca! ¡Yo te tomé cariño rápido, pero siempre habían cosas que dejé pasar!
Alfredo: ¡Las pudiste haber dicho en su momento!
Melissa: ¡Pero no lo hice, porque esperaba que te dieras cuenta sólo! (Comenzaron a salir chispas desde las manos de ella).
Alfredo: ¡¿Con qué derecho me reclamas, tú también eres… eres anormal?! (Una especie de llama manó de los puños de él).
Melissa: ¡No lo hice porque tenía miedo! ¡Al menos no lo pensé egoístamente con un ‘no lo creí necesario’! (extendió su mano y le arrojó un rayo).
Alfredo: ¡¿Miedo?! ¡¿Miedo de qué?! ¡Ridícula! (Lanzó una llamarada contra la muchacha).
Y así, entre gritos fueron creciendo los ataques, detenidos en la Plaza de Armas, ambos perdieron totalmente la conciencia del lugar donde estaban y entre rayos y llamas quemaron los árboles, dañaron los edificios cercanos y decapitaron la estatua de la pileta. Hasta que llegaron unos sujetos a combatir contra ellos y lograron estabilizarlos.
Cuando esas personas les explicaron a lo que se dedicaban aceptaron individualmente el quedarse, no deseaban hablarse.
Pasados unos días en la Academia las cosas se arreglaron, se dieron cuenta que viéndose todos los días tendrían que llevarse bien y que de verdad el guardar el secreto de sus habilidades no era lo mejor, pero ambos sintieron miedo, aunque Alfredo no quiso demostrarlo. Se sinceraron, todo se arregló.
Ella le contó que descubrió sus poderes, a sus 14 años, un día que perdió la paciencia con un radio que no funcionaba bien, entonces le arrojó un rayo sin querer. Sus padres le contaron que ella siempre hacía esas cosas, pero que al parecer no las recordaba o no se daba cuenta. Nadie había podido decirle cómo fue que desarrolló eso, nadie hasta que llegó a la Academia.
Por su parte, él los descubrió en un campamento de verano, cuando tenía casi 16 años, era una noche muy fría y no tenía cómo encender fuego, todos los demás estaban durmiendo en las carpas, él se había quedado para pensar en una discusión que tuvo con su madre antes de salir de campamento. Ya no soportaba el frío, pero no quería entrar a esa estúpida carpa, había también discutido con los que estaban ahí, estaba a punto de caer con hipotermia cuando una llamarada emergió en los troncos; asombrado e imaginando que había sido él, extendió sus manos hacia las flamas y éstas subieron de intensidad. Apenas llegó a la casa solucionó los problemas con su madre y le contó lo sucedido, pues confiaba mucho en ella y ella le aclaró que era una capacidad que todos los de su familia tenían, cosa que le confirmaron en la Academia.
“Sus habilidades son producidas por cambios anímicos, aunque pueden controlarlas. Son alteraciones genéticas de dudosa procedencia, ya sea hereditaria o desarrollada por algún suceso extraño en su vida o por algo que haya hecho su madre cuando aún los gestaba”.
Alfredo: ¡Hola!
Melissa algo desconcertada: ¿Ah? Hola…
Alfredo tratando de llamar la atención: Te he visto varias veces ¿qué libro buscas ahora? El año pasado me aburrieron con ellos ¡jeje!
Melissa lo miró girando un poco la cabeza: O sea ¿vas en 4° de psicología?
Alfredo: Exacto, dime el libro y te ayudo a buscarlo (le sonríe).
Melissa: No lo recuerdo, era un nombre de un psicoanalista raro…
Alfredo: A ver, si mal no recuerdo… (Revisa en el estante). Este no… este tampoco… ¿Este?
Melissa tomando el libro y lo lee: Mmm… ¡Sí! Muchas gracias (camina por entre los estantes).
Alfredo la sigue: ¿Te molestaría almorzar conmigo?
Melissa: Bueno, vamos.
Entonces caminaron a los comedores, era una hora considerada para comer, aunque ella tuviese pensado usar ese tiempo para estudiar, no perdería mucho conversando con él.
Ocurrió todo lo contrario, resultó que tenían muchas cosas en común. Se llevaron bien, muy bien y a los pocos meses empezaron a salir, tenían una afinidad especial, de cierto modo.
Así progresó su relación, pasó un año y unos cuantos meses. Las cosas no iban mal, pero nada es perfecto. Ambos guardaban un secreto.
De pronto iban caminando por la calle y Alfredo iba a encender un cigarro, acostumbraba fumarse uno poco rato después de terminadas las clases en la Universidad. Melissa lo miró de reojo y se percató de algo muy extraño.
Melissa: ¿No usas encendedor?
Alfredo: ¿Recién te das cuenta? Desde que me di cuenta de… "esto" que no uso ni encendedor ni fósforos para nada.
Melissa: ¿Podías hacer eso y no me lo dijiste?
Alfredo: No lo creí necesario…
Melissa: ¡Qué no lo creíste necesario! ¡¿Acaso no confías en mí?!
Alfredo: Amor, si confío en ti, pero algo así no tiene mucha relevancia… supongo.
Melissa: Supones, supones, ese es tu problema, siempre supones ¿pero sabes? No siempre estás en lo cierto…
Alfredo: Lo siento, debí haberlo dicho…
Melissa: ¡Sí, debiste haberlo dicho! ¿Algo más que me quieras decir?
Alfredo: No… y por favor, cálmate nos están mirando…
Melissa: ¿Qué? ¿Tienes miedo que la gente nos mire? ¿Puede verte alguien acaso?
Alfredo: Amor, no, pero cálmate…
Melissa: ¡Me voy! No soporto, en este año hay muchas veces que tus suposiciones están mal, pero no te había dicho nada…
Alfredo: ¡Claro! ¡¿Ahora la culpa es toda mía?!
Melissa: ¡Tú fuiste quien me habló en la biblioteca! ¡Yo te tomé cariño rápido, pero siempre habían cosas que dejé pasar!
Alfredo: ¡Las pudiste haber dicho en su momento!
Melissa: ¡Pero no lo hice, porque esperaba que te dieras cuenta sólo! (Comenzaron a salir chispas desde las manos de ella).
Alfredo: ¡¿Con qué derecho me reclamas, tú también eres… eres anormal?! (Una especie de llama manó de los puños de él).
Melissa: ¡No lo hice porque tenía miedo! ¡Al menos no lo pensé egoístamente con un ‘no lo creí necesario’! (extendió su mano y le arrojó un rayo).
Alfredo: ¡¿Miedo?! ¡¿Miedo de qué?! ¡Ridícula! (Lanzó una llamarada contra la muchacha).
Y así, entre gritos fueron creciendo los ataques, detenidos en la Plaza de Armas, ambos perdieron totalmente la conciencia del lugar donde estaban y entre rayos y llamas quemaron los árboles, dañaron los edificios cercanos y decapitaron la estatua de la pileta. Hasta que llegaron unos sujetos a combatir contra ellos y lograron estabilizarlos.
Cuando esas personas les explicaron a lo que se dedicaban aceptaron individualmente el quedarse, no deseaban hablarse.
Pasados unos días en la Academia las cosas se arreglaron, se dieron cuenta que viéndose todos los días tendrían que llevarse bien y que de verdad el guardar el secreto de sus habilidades no era lo mejor, pero ambos sintieron miedo, aunque Alfredo no quiso demostrarlo. Se sinceraron, todo se arregló.
Ella le contó que descubrió sus poderes, a sus 14 años, un día que perdió la paciencia con un radio que no funcionaba bien, entonces le arrojó un rayo sin querer. Sus padres le contaron que ella siempre hacía esas cosas, pero que al parecer no las recordaba o no se daba cuenta. Nadie había podido decirle cómo fue que desarrolló eso, nadie hasta que llegó a la Academia.
Por su parte, él los descubrió en un campamento de verano, cuando tenía casi 16 años, era una noche muy fría y no tenía cómo encender fuego, todos los demás estaban durmiendo en las carpas, él se había quedado para pensar en una discusión que tuvo con su madre antes de salir de campamento. Ya no soportaba el frío, pero no quería entrar a esa estúpida carpa, había también discutido con los que estaban ahí, estaba a punto de caer con hipotermia cuando una llamarada emergió en los troncos; asombrado e imaginando que había sido él, extendió sus manos hacia las flamas y éstas subieron de intensidad. Apenas llegó a la casa solucionó los problemas con su madre y le contó lo sucedido, pues confiaba mucho en ella y ella le aclaró que era una capacidad que todos los de su familia tenían, cosa que le confirmaron en la Academia.
“Sus habilidades son producidas por cambios anímicos, aunque pueden controlarlas. Son alteraciones genéticas de dudosa procedencia, ya sea hereditaria o desarrollada por algún suceso extraño en su vida o por algo que haya hecho su madre cuando aún los gestaba”.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Lista de Salas
Los pasillos con una 'X' antes son los que están prohibidos.
Primer Piso ::
» Recibidor.
» Salas de comunes o de estar.
» Biblioteca.
» Pasillo A = Comedores y cocina.
» Pasillo B = Enfermería y sala de químicos.
Segundo Piso ::
X» Pasillo C (izq.) = Creación de armas y Experimentos.
» Pasillo D (fre.) = Sala de conferencias y la de Vigilancia.
» Pasillo E (der.) = Habitaciones y baños.
Tercer Piso ::
X» Pasillo F (fre.) = Sala de investigaciones.
» Pasillo G (izq.) = Almacenamiento de armas.
» Pasillo H (der.) = Salas de entrenamientos (De la A a la F).
Cuarto Piso ::
X» Pasillo Q = Desarrollo de Biotecnología.
Primer Piso ::
» Recibidor.
» Salas de comunes o de estar.
» Biblioteca.
» Pasillo A = Comedores y cocina.
» Pasillo B = Enfermería y sala de químicos.
Segundo Piso ::
X» Pasillo C (izq.) = Creación de armas y Experimentos.
» Pasillo D (fre.) = Sala de conferencias y la de Vigilancia.
» Pasillo E (der.) = Habitaciones y baños.
Tercer Piso ::
X» Pasillo F (fre.) = Sala de investigaciones.
» Pasillo G (izq.) = Almacenamiento de armas.
» Pasillo H (der.) = Salas de entrenamientos (De la A a la F).
Cuarto Piso ::
X» Pasillo Q = Desarrollo de Biotecnología.